Reproducimos un texto - recientemente publicado en el blog di Leonardo Boff - que, con sua iluminada visión política y coyuntural, se rehace a las palabras del Papa Francisco, dichas al pueblo de Bolivia, que lo acogió en julio de 2015. Sus palabras caen a la perfección sobre la realidad brasileña de hoy.
He tomado la libertad de usar el negrito, y de editar el texto de Leonardo Boff, para dar énfasis a las brillantes palabras del Papa Francisco, en la ocasión.
Sigue el texto di Leonardo Boff.
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Esta es nuestra esperanza: que el futuro acabe perteneciendo a los humillados y ofendidos de nuestra historia que, un día ―y ese día llegará― heredarán las bondades que la Madre Tierra reservó para todos.
Alegres, se sentarán juntos a la mesa, en la gran comensalidad de los libertos, gozando de los frutos de su resistencia, de su indignación y de su valor para cambiar.
Entonces comenzará una nueva historia de Brasil, de la que hombres y mujeres habrán sido los principales protagonistas y de la cual nos podremos honrar.
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El
pueblo organizado,
protagonista de la nueva sociedad
El Papa
Francisco además de ser un líder religioso emerge también como uno de los
mayores líderes geopolíticos actuales. Él tiene posición. No reproduce un
discurso equilibrado, propio de los pontífices pasados. Por el hecho de estar
claramente de un lado, el de los pobres, el de las víctimas y el de la vida
amenazada, anuncia y denuncia. Denuncia un sistema que idolatra el dinero y se
hace asesino de los pobres y depredador de la naturaleza. Se entiende: es el
sistema y la cultura del capital. Tenemos que oír sus palabras porque son las
de alguien que tiene conciencia de los peligros que pesan sobre toda la
humanidad y la naturaleza.
No se limita
a la denuncia. Anuncia como se vio indudablemente el 9 de julio de 2015 con
ocasión de su visita a Bolivia. Allí tuvo lugar el II Encuentro Mundial de los
Movimientos Sociales en Santa Cruz de la Sierra. Llamó a los representantes de
los movimientos, que sienten en la propia piel las heridas de la explotación,
para discutir con ellos las causas de sus padecimientos. Ninguno de los papas
anteriores tuvo esa audacia.
Muchos
representantes brasileños acudieron allí. El discurso es un verdadero guión
para las luchas encaminadas hacia un nuevo tipo de civilización, ya que la
nuestra está en creciente erosión y no posee internamente los medios de
solución a los problemas amenazadores que ella ha creado para sí y para nuestro
futuro. El discurso tiene dos partes. En la primera establece las metas
fundamentales que deben abarcar a todos. Son las famosas tres T: Tierra
para vivir y trabajar en ella; Trabajo para garantizar el
sustento de las personas; Techo para albergar a las personas
porque no son animales dejados al relente.
La segunda
parte es programática y supone un desafío. Habla a los representantes de los
movimientos sociales. Resumiendo sus palabras afirma: no esperen nada de
arriba, de los gestores del sistema vigente, pues siempre traen más de lo mismo
que perpetúa y profundiza la miseria. Sean ustedes mismos los protagonistas de
un nuevo estilo de sociedad, con una nueva forma de producción orgánica,
sintonizada con la naturaleza; con una distribución justa de los beneficios y
con un consumo sobrio; sean los profetas de lo nuevo fundado en la justicia
social y la solidaridad. Y da tres consejos: hagan que la economía sirva
a la vida y no al mercado; promuevan la justicia social, base
para la paz duradera; y cuiden a la Madre Tierra sin la cual ningún
proyecto es posible.
Estas
orientaciones del Papa Francisco nos iluminan en medio de la tormenta de
nuestra pluricrisis actual. El legado de esta crisis será seguramente otro tipo
de sociedad brasileña, donde las decenas de movimientos sociales de hombres y
de mujeres poseerán un protagonismo determinante.
Será un nuevo
tipo de ciudadanía que regenerará Brasil. Sólo los ciudadanos activos pueden
fundar una sociedad democrático-participativa, socioecológica, como sistema
abierto y siempre perfectible.
Por eso,
Por eso,
- el diálogo,
- la participación,
- la vivencia de la corrección ética
- y la búsqueda de transparencia constituyen sus virtudes mayores.
Fundamentalmente
podemos decir: hay en Brasil dos proyectos antagónicos que se disputan la
hegemonía: el proyecto de los adinerados, antiguos y nuevos, articulados con
las corporaciones transnacionales que quieren un Brasil con una población menor
de la que realmente es. Ese Brasil, así creen ellos, podría ser gestionado en
su beneficio, sin mayores preocupaciones. Los restantes millones que se aguanten
pues siempre han tenido que acostumbrarse a vivir y a sobrevivir en necesidad.
El otro
proyecto quiere construir un Brasil para todos, democrático, pujante, soberano,
activo y altivo frente a las presiones de los poderosos externos e internos,
que quieren recolonizar el Brasil y hacerlo un mero exportador de commodities.
Los dos
golpes que hemos conocido en la fase republicana, el de 1964 y el de 2016,
fueron tramados y ejecutados en función de la voracidad de los adinerados que
no poseen un proyecto de nación, sino sólo para sí, como una forma de
garantizar sus privilegios.
Los que
dieron el golpe en 2016 se embarcaron en ese proyecto contra el pueblo. Ellos
en realidad no tienen nada que ofrecer a los millones de brasileños que están
al margen del desarrollo humano, a no ser:
- más empobrecimiento
- y discriminación.
Esta
oligarquía de ricos, sin embargo, no es portadora de esperanza y, por eso, está
condenada a vivir bajo el miedo permanente a que, un día, esta situación pueda
revertirse y pierdan sus privilegios.
Esta es nuestra esperanza: que el futuro acabe perteneciendo a los humillados y ofendidos de nuestra historia que, un día ―y ese día llegará― heredarán las bondades que la Madre Tierra reservó para todos.
Alegres, se sentarán juntos a la mesa, en la gran comensalidad de los libertos, gozando de los frutos de su resistencia, de su indignación y de su valor para cambiar.
Entonces comenzará una nueva historia de Brasil, de la que hombres y mujeres habrán sido los principales protagonistas y de la cual nos podremos honrar.
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*Leonardo Boff
es teólogo y filósofo y ha escrito Brasil: concluir la refundación o
prolongar la dependencia, Vozes 2018.
Traducción de
Mª José Gavito Milano
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Fonte
del texto:
https://leonardoboff.wordpress.com/2018/08/07/el-pueblo-organizado-protagonista-de-la-nueva-sociedad/
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